Con el nuevo sistema operativo desaparecerán la barra en la parte inferior de la pantalla y el botón de inicio para lanzar los programas
Berlín (DPA) . Se acabó el Menú de Inicio, viene ahora la interfaz de mosaicos de color y multitud de apps para smartphones y tabletas: a primera vista, Windows 8 es un nuevo comienzo, a partir de cero, de este sistema operativo de Microsoft. Pero muchas de las novedades no son, al parecer, otra cosa que cosmética. Y el nuevo sistema, que sale a la venta el 26 de octubre, exige un nuevo al usuario un período de acostumbramiento.
Un escritorio vacío, una barra en la parte inferior de la pantalla y un botón de inicio para lanzar los programas. Tal fue la presentación inicial de todos los sistemas operativos a partir de Windows 95. Windows 8 rompe con esa tradición, al menos a primera vista. En lugar de pequeños iconos, ahora hay mosaicos en gran formato y, junto a los programas, las apps ya conocidas por smartphones y tabletas. El botón de inicio ya no existe.