Activistas opositores señalaron que los menores fueron atacados de forma indiscriminada mientras jugaban en la localidad de Deir al-Asafir, controlada por las fuerzas rebeldes.

El incidente fue confirmado a su vez por la Comisión General de la Revolución Siria, que elevó la cifra de víctimas a diez.
Según El Mundo, los niños salieron en medio de una tregua acordada en la localidad cuando los aviones de combate comenzaron a atacar a los residentes. “Ninguno de los fallecidos era mayor de 15 años”, dijo Abu Kassem, un activista del pueblo, quien aseguró que el ataque se produjo con bombas de racimo.